Coyote

Brand Identity

En una cantina, los músicos tocaban con pasión, y las melodías llenaban el aire, mientras la gente olvidaba sus penas. El Coyote, cautivado, decidió participar. Esperó un momento de silencio y, con valor, comenzó a aullar desde su escondite. Poco a poco, su aullido se transformó en un canto que sorprendió a todos. La multitud aplaudió y lo invitó a unirse a la fiesta.